El origen de nuestra Parroquia de San Ildefonso no es otro que dar respuesta a las necesidades del nuevo culto cristiano que se instaura en nuestras tierras tras la Reconquista y el repoblamiento. Gracias a un documento del Libro Blanco de la Catedral de Sevilla fechado en 1411, sabemos que la iglesia de Palomares del Río era la matriz de un Beneficio, y de ella era filial la de Mairenilla. Por lo tanto, sabemos a ciencia cierta que a comienzos del siglo XV ya estaba construida nuestra parroquia.
Esa primitiva construcción fue una capilla, como así se menciona en los documentos que se encuentran en el Archivo Parroquial. El documento más antiguo que actualmente se conserva es un libro de enterramientos de 1580, donde se habla de difuntos enterrados dentro o fuera de dicha capilla. Evidentemente, debemos entender por capilla lo único que actualmente se corresponde con una estética medieval y que no es otra cosa que la Capilla Mayor. De hecho, si trazamos una línea desde el presbiterio hasta la puerta principal, podremos apreciar que la Capilla Mayor está ligeramente ladeada hacia la izquierda, lo que nos está demostrando que esa parte es más antigua que el resto de la edificación, y que es la que dio origen al resto de la construcción.
Este primer templo fue levantado casi con total seguridad en estilo mudéjar, como ocurrió con la mayoría de las iglesias construidas en ese periodo. Sería una iglesia de pequeñas proporciones y de una sola nave, algo que nos indica el mismo libro de enterramientos anteriormente citado. La adición de más naves se produjo entre 1640 y 1674; de hecho, no es hasta 1668 cuando en los libros aparecen enterramientos en otros lugares además de la Capilla Mayor.
Tenemos documentación de mediados del siglo XVI, más concretamente de 1556, que nos relatan como Alonso de Roelas y Leonor Mexía fundan una capellanía en la iglesia de Mairena. Esto viene a reforzar la idea de que ya en esos tiempos nuestra parroquia estaba completamente asentada.
A lo largo de todo el siglo XVII, la iglesia sufrió toda una serie de remodelaciones; sin embargo, no fue hasta el siglo XVIII y gracias a la Marquesa de Cartojal, cuando el templo adquiere la disposición actual.
Situándonos en la cabecera, podemos apreciar como su estilo, a pesar de las múltiples intervenciones, nos está hablando una sensibilidad distinta al resto de la parroquia. Aunque tuviese una planta cuadrada en origen, actualmente posee un aspecto poligonal tanto interna como exteriormente, y un cerramiento en cuarto de esfera precedido por un tramo recto horadado por dos lunetos.
Justo en el comienzo de ese tramo recto, encontramos el escudo de la Orden de la Merced, que luce sobre la cornisa. La ubicación del escudo no puede sino hacer referencia a lo que ha sido evidente durante siglos, y que no es más que la estrecha relación entre los mercedarios y el pueblo de Mairena.
Como se puede comprobar en el apartado sobre la historia de la Hermandad, los mercedarios fueron fundando cofradías o “redenciones” en las distintas iglesias para recaudar limosna que dedicar a la liberación de los cautivos. Ya desde el siglo XIII y hasta mediados del XVIII, está documentada la presencia de la Orden en nuestras tierras, por lo que es de lógica pensar que los frailes pudieron servirse de la primitiva construcción templaria para alcanzar su fin principal. Junto con la recaudación de limosna, los mercedarios fueron expandiendo la devoción a su patrona, la Virgen de la Merced.
La importancia de la devoción mercedaria en Mairena del Aljarafe, y su innegable relación con el templo, viene a quedar aun más refutada cuando contemplamos el sitio que ocupa la Santísima Virgen de las Mercedes: el camarín principal del Retablo Mayor. Si tenemos en cuenta que los estudios más recientes sobre la imagen de la Virgen sitúan su origen en el siglo XV; y a esto sumamos, tanto la indudable presencia mercedaria desde el siglo XIII, como la existencia de una sola nave en la iglesia primitiva, no cabe lugar a dudas sobre la ocupación del Retablo del Altar Mayor por parte de nuestra Bendita Madre de las Mercedes desde tiempo inmemorial.
Algo que, por otra parte, la tradición piadosa popular siempre ha defendido fervientemente. De hecho, en la solicitud del Patronazgo se expresa textualmente que: “la Imagen de Nuestra Señora de las Mercedes, que se venera en esta Iglesia desde la Reconquista en su Altar Mayor…”.
Todo esto tiene un respaldo documental. A pesar de que la citada tradición sitúe a la Virgen en tan venturoso lugar, los testimonios documentales más antiguos que hacen referencia a esto datan de 1648. Sin embargo, gracias al hallazgo de las diferentes visitas pastorales que a lo largo de los siglos se han venido realizando, hemos podido confirmar que la presencia de la Virgen en el Altar Mayor ha sido una constante hasta nuestros días.
Por citar alguno, en la visita de Juan de Monrroy y Siena en 1683 podemos leer lo siguiente: “Visité luego los Altares de la Iglesia que son cuatro y el Mayor tiene su retablo y en el nicho principal esta una imagen de Nuestra Señora de la Merced”.
En 1698, Joseph Morales Varejón, visitador por orden de Jaime de Palafox Cardona, escribió: “Es la Parrochial de esta villa bastantemente capaz y mas asseada a causa de tener todas las paredes pintadas no assi su sacristía para cuyo efecto queda mandato de vissita y la adornan los siguiente altares: El mayor esta dedicado a S. Ildefonso titular de esta yglessia aunque su imagen esta a un lado del retablo a causa de estar en el corazon del altar nª sª de las mercedes imagen vestida y devota; el altar esta dezentemente dorado y es de escultura…”.
Nos hacemos eco también de las palabras escritas en un inventario de nuestra Parroquia del año 1884, en cuyo capítulo Quinto dedicado a altares e imágenes podemos leer: “Altar Mayor es jaspeado de tres cuerpos, el primero lo ocupa el sagrario, el segundo el camarín con la imagen de las Mercedes y a los lados San Antonio y Santo Tomás Doctor y en el tercero el Patrón de la Parroquia San Ildefonso y sobre dos mesas al pie del altar está la imagen de San Pedro Nolasco y un niño Jesús”.
Este último documento nos habla incluso de una imagen de San Pedro Nolasco a la que se le rendía culto en nuestra parroquia, lo que constituye la prueba definitiva de la importancia capital que ha tenido siempre la devoción mercedaria en nuestro pueblo de Mairena.
Actualmente, y gracias al esfuerzo incansable de tantas generaciones de mercedarios, la Sagrada Imagen de la Santísima Virgen de las Mercedes continúa presidiendo la vida cristiana de nuestro pueblo desde su camarín del Altar Mayor. La Virgen queda custodiada por un precioso retablo de estilo neoclásico con algunos añadidos que consta de banco, un cuerpo y un ático. En el banco está situado un sagrario. El segundo cuerpo está dividido en tres calles por columnas pareadas de capitel corintio: el nicho principal se abre en forma de arco de medio punto y está ocupado por la Imagen de Virgen de las Mercedes; a ambos lados y sobre sendas ménsulas reposan las imágenes de San Antonio con el Niño y San Ramón Nonato. El retablo está rematado por un ático que alberga la figura de San Ildefonso, Patrón y Titular del Templo. El conjunto queda coronado por dos ángeles que señalan un Sol, símbolo de la Resurrección de Cristo.
Tras el retablo, encontramos unas pinturas al fresco relacionadas con la devoción mercedaria. Realizadas por Antonio Pérez Ruiz entre los años 1956 y 1958, la primera de ellas une dos temas: la Aparición de la Virgen María a Pedro Nolasco en la madrugada del 1 al 2 de agosto de 1218, que da origen a la fundación de la Orden de la Merced, y la visión de un cautivo, semidesnudo, encadenado de pies y manos en una prisión, alusivo a la misión liberadora de la futura Orden religiosa. La otra, presenta a María de la Merced de pie, abriendo su manto, como si de una Madre de Misericordia se tratara, ante los asombrados y arrodillados San Pedro Nolasco y Jaime I de Aragón. Entre ellos y a los pies de la Virgen, unos grilletes y cadenas rotas aluden a la liberación humana deseada por Dios y María.
Dado el carácter Sacramental que tiene el honor de poseer nuestra Hermandad, vamos a realizar también una breve descripción de la Capilla del Sagrario situada en la cabecera de la nave del Evangelio. Consta de un retablo de estilo barroco, de madera dorada y policromada con banco y dos cuerpos, dispuestos en tres calles verticales. En el banco es donde se encuentra el Sagrario de plata, y sobre él, están situadas las imágenes de la Virgen de la Soledad y el Cristo de la Vera+Cruz. En las calles laterales y sobre sendas peanas encontramos las imágenes de San Joaquín y Santa Ana. Destaca el lienzo situado en la pared izquierda donde aparece representado la entrega de la casulla a San Ildefonso.
En la actualidad, la Parroquia de San Ildefonso posee una planta basilical con tres naves separadas por pilares con pilastras adosadas sobre los que apean arcos de medio punto. La nave central es más alta y ancha que las laterales. Sobre los arcos, se levanta un segundo cuerpo de ventanas que da iluminación al interior y en él descansa el cerramiento de madera de la nave. Toda la iglesia está adornada por un zócalo de azulejos. En la nave central se encuentra la Capilla Mayor a la que se accede por un gran arco de medio punto que apea sobre dos semi-columnas. Esta diferencia de soportes deja patente la clara división entre lo primitivo del templo y los añadidos posteriores.